martes, 8 de marzo de 2011

GOTEO INCONFORMISTA

La Revolución del Jazmín ha llegado al gigante asiático, pero la intensidad de las manifestaciones apenas se sienten ni se conocen. Hace tres semanas empezaron en las principales ciudades de China pequeñas concentraciones con el objetivo de hacerse escuchar, de hacer ver a los gobernantes y a la sociedad que China también puede dar un vuelco a su situación política y demostrar así, que la voz del pueblo unida no entiende de fronteras.

Las altas esferas del gobierno no están dispuestas a que estos hechos tengan trascendencia y sean conocidos y difundidos por los medios de comunicación o blogs personales. Para ello están utilizando todo tipo de artimañas y métodos nada éticos. Las concentraciones pacíficas y silenciosas, se producen en calles céntricas de las diferentes ciudades, en el caso de Pekín la gente se congrega cada domingo, sobre las 2 de la tarde en una calle comercial, wangfujing.

Desde el primer día que se produjeron la policía ha estado presente, intimidando, enturbiando e impidiendo cualquier muestra o gesto de libertad. Mediante la comunicación en las redes sociales este movimiento llegó a la conclusión de que para evitar males mayores lo mejor era congregarse, cada domingo, pero intentando pasar como turistas o curiosos que simplemente están en dicho lugar por casualidad. La policía no hace distinciones, y aunque a decir verdad son pocos los que se concentran, arrestan a cualquiera que les parezca que pueda tener intenciones de ultrajar al gobierno.

Además de los policías de uniforme hay cientos de ellos que van de incógnito, aunque son fáciles de identificar. Graban con sus cámaras a los allí presentes, un método muy recurrido para sembrar el miedo. Los periodistas son capítulo aparte. La gran mayoría son extranjeros que trabajan para medios de sus países. No dejan grabar ni hacer fotografías y si alguien desobedece sus órdenes son arrestados. Ya ha sucedido varias veces como posiblemente ya sepáis. De todas formas no es fácil llegar allí, el control policial que realizan en los alrededores es cuanto menos asombroso y piden el pasaporte a todo aquel que se acerca.

Los periodistas que trabajamos para medios chinos por lo visto no somos tanta amenaza, al fin y al cabo trabajamos para ellos, luego quizás seamos sumisos camaradas, ilusos. No obstante nos han advertido que “por nuestra propia seguridad” no nos acerquemos. Personalmente no me han dicho nada acerca de escribir lo que veo y siento, así que como veis estoy corriendo el riesgo.

Están nerviosos y se les nota, aunque la situación no da para tanto. China en estos momentos no reúne las características para ser un país que se envuelva en una revolución de cambios tan profundos. La situación económica del país, el número de desempleados o la calidad de vida de sus ciudadanos no alimenta en demasía el malestar del pueblo chino. De cualquier forma, se deben producir cambios sustanciosos en los próximos años que hagan ver la voluntad del gobierno por hacer un giro en sus políticas y el respeto de las libertades. La paciencia, virtud de los chinos, no durará para siempre.

sábado, 27 de noviembre de 2010

SE FUMAN EL NOBEL


Ya ha pasado el suficiente tiempo para que digieran las altas esferas de este país el nombramiento del nuevo Nobel de la paz a Liu Xiaobo. Recientemente vuelve a ser noticia por la posible entrega de dicho reconocimiento a algunos familiares del disidente, si les dejan salir del país. China continúa realmente ofendida achacando el ataque, desde comentarios oficiales, a la emergencia de su economía ante la débil situación financiera del mundo, a que occidente le gustaría ver a China ideológicamente desplazada o colapsada como la unión soviética queriendo obligarla a un proceso de occidentalización.


Es indiscutible que Liu Xiaobo, condenado a 11 años de prisión por ejercer su libertad de expresión, es una víctima del Gobierno de China. ¿Qué motivo tienen Hu Jintao y su séquito para esto? silenciar y apartar una voz que ofendía al sistema. Nunca voy a defender a un gobierno que no respeta uno de los derechos fundamentales más importantes y necesarios en cualquier estado. No obstante creo que este galardón no sólo buscaba premiar la labor de Liu Xiaobo sino también intentar frenar a China cuyo poder internacional sigue aumentando frente a los países occidentales gravemente dañados por la crisis financiera que azota a buena parte del mundo.


El XVII congreso del PPCh en el 2007 marcó la primera discusión en el seno del gobierno del camino hacia una democratización del sistema. Es evidente que sus avances están siendo pocos y lentos y claro este premio ha venido a cuestionar los esfuerzos realizados por China en dicha materia. El gobierno alega que el país es demasiado grande y en un momento de desarrollo no idóneo para hacer cambios demasiado rápidos (poco probable). De todas formas este galardón, bajo mi punto de vista, ha perdido mucha credibilidad hasta el punto que personalidades como Gorbachov o el mismo Obama lo recibieron sin mérito alguno.


Siendo realista la sociedad china sabe poco o más bien nada acerca del tema, los medios de comunicación del país se dedicaron a tratar el asunto del premio de una manera discreta, no obstante se contraatacó con duras críticas a la institución de los Nobel y a los países que la apoyan. De ahí que China haya “invitado” a otros estados como Rusia, Cuba, Marruecos o Irak a desvincularse y declinar la invitación a la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz.


No le quiero quitar valor al coraje de Liu Xiaobo por escribir lo que él cree que sería una China mejor en un país en el haciéndolo te juegas mucho más que tu credibilidad. Por el contrario, es una paradoja observar como los mandatarios de los países de occidente que “sugirieron” quién debía recibir este galardón, siguen necesitando la ayuda de china como banco prestamista y como pieza clave mediadora, en la actualidad, en uno de los conflictos más largos y peligrosos de la historia del mundo, Corea.

domingo, 19 de septiembre de 2010

SISTEMA SANITARIO


China se enorgullece de enseñar su bandera y mostrar al mundo que un estado “comunista” como el suyo ha llegado a ser un país de enorme peso y relevancia a nivel mundial. Presume de muchas de sus políticas en beneficio de la sociedad, de las clases más humildes y trabajadoras. Muchas son ciertas y dignas de halago pero no todo es lo que parece.


Dejando de lado sus innumerables operaciones financieras que le convierten en el país comunista más capitalista del mundo, me gustaría centrarme en su sistema sanitario. Múltiples han sido las reformas llevadas a cabo para una mayor adaptación a las necesidades del pueblo, pero esto de real tiene poco. Una sociedad sin clases dijo Karl Marx, lo cierto es que en este país un porcentaje muy alto de la población no puede permitirse costearse los gastos de un sistema sanitario clasicista y más parecido a un producto regido por las leyes del mercado que hay que adquirir y pagar como artículo de lujo.


Es cierto que la sanidad en china ha mejorado en las últimas décadas y eso se nota. Los gastos sanitarios de los ciudadanos han descendido del 60% del total en 2001 al 45% en 2007. La gente acude hoy mucho más al médico debido a la mayor facilidad de costarse los tratamientos; pero muchos son los aspectos en los que aún se necesita amplías reformas. Es necesario que los precios del sistema de seguros reflejen el coste real, que los médicos, una de las profesiones que más respeto y admiro, tengan sueldos más atractivos, y por último que el precio de los medicamentos esté menos distorsionados.


El gran admirado y venerado Mao Zhedong precursor de los llamados doctores descalzos, y con ese fervor socialista en el que el lema sirve el pueblo era una consigna a seguir provocando un aumento de la esperanza de vida grandioso, se escandalizaría ante esta situación. Ahora los hospitales se han convertido en empresas con ánimo de lucro en las que la población rural está lejos de poder permitirse una cobertura digna.


El dato clave es que el 90% de la población rural china y el 60% de la urbana no tienen cobertura social. Esto hace que, según el Gobierno, casi el 40% de la población del país no vaya nunca al médico porque no puede afrontar la factura. Claro ¿cómo lo iban a hacer? El precio de los medicamentos se dispara, los médicos recetan y sugieren más medicamentos de los que se necesitan y con un precio desorbitado en comparación a la capacidad monetaria de los pacientes. Tiene una explicación, los centros hospitalarios están obligados a autofinanciarse y muchos tienden a inflar los costes. Sus ingresos dependen de los pacientes y de la venta de medicamentos.


Para ser justos, no podemos obviar que el gobierno sigue tomando medidas, China aprobó un plan de 97.000 millones de euros para garantizar asistencia médica universal al 90% de la población en 2011. Un plan del que no os puedo dar detalles, no se proporciona demasiada información acerca de esto, pero en el que se adoptarán medidas para seguir mejorando. No obstante y según algunos expertos puede servir para paliar las diferencias sociales entre las zonas urbanas y rurales del gigante asiático que cuenta con 1300 millones de habitantes.


La situación es muy mejorable, pero si concedemos credibilidad al gobierno se acabará con las desigualdades entre campo y ciudad y ricos y pobres, alcanzando la cobertura universal en 2020. Esperemos que así sea, este país y sus gentes lo necesitan.

sábado, 11 de septiembre de 2010

BALANCE Y OTRAS HISTORIAS COTIDIANAS


Hace ya más de un año que me lancé a la aventura asiática, y es inevitable poner la vista atrás, ver el camino que he recorrido y todo lo que por el tiempo y la distancia he ido dejando o desprendiéndome. Aprender chino fue uno de los motivos principales por los que empecé este viaje, ahora eso ha quedado en un segundo plano, embarcado actualmente en la etapa laboral, que no ha hecho más que empezar, sigo formándome y absorbiendo lo que puedo y me dejan.


Ya me estoy acostumbrando a este país, y esto está provocando que no me sorprenda tanto de todo lo que observo, motivo por el cual no escribo todo lo que quisiera. Antes cualquier cosa me llamaba la atención, ahora me he habituado con todo lo que ello conlleva. De todas formas hay muchas actitudes que no os he contado, que yo ya ni miro de reojo, pero imagino que os reportarán al menos sorpresa.


Un ejemplo, es muy habitual ver a parejas de novios que llevan la misma camiseta, según me han contado lo hacen cuando llevan poco tiempo saliendo juntos, como una manera de marcar el territorio creo yo. Hay que destacar que son poco cariñosos, al menos en público, pocas veces se les ve dándose un beso o una caricia cómplice. En realidad no saben lo que se pierden, pero es su cultura y poco se puede hacer.


Otra actitud que llama mucho la atención sobre todo cuando uno acaba de llegar, es su odio y repulsión al sol. Por cultura ellos prefieren tener la piel blanca, cuanto más mejor. Debido a esto evitan su contacto, estos últimos meses la gente, sobre todo mujeres, se protegen con paraguas, o llevan ropa que les tapa cualquier zona que pueda recibir contacto, incluyendo prendas como guantes o mangas largas, estando a 35 grados. Nunca lo llegaré a comprender, aunque la gente joven, como siempre, está rompiendo con estas tradiciones, el blanco deslumbrante sigue siendo muy valorado en ambos sexos.


En las nuevas generaciones de chinos te das cuenta que, aunque les cuesta y no es demasiado palpable, ya no son como sus antecesores tan aferrados a su cultura y costumbres. Yo como ellos sigo encauzando los cambios porque todo cambia: las tradiciones, la cultura, nuestra visión del mundo, los objetivos, las ambiciones, nuestras metas. Como dijo una vez mi hermana Mónica, “al final, en la vida, lo que importa es poder disfrutar de pequeños momentos de alegría, no hace falta tener un objetivo al que llegar y sentirse realizado, se trata de disfrutar del camino que vas haciendo...”


No tengo ninguna duda de que así está siendo, y estoy orgulloso por eso, pero en ocasiones esa senda está mucho más cuesta arriba y cuando no estás cerca de los tuyos hay que pisar más fuerte y seguir intentando no perder el rumbo. Es difícil hacer balance de todo un año, pero creo que en este tiempo he madurado, he vivido experiencias inolvidables de todo tipo, me ha ayudado a abrir más los ojos y a valorar sobre todo eso a valorar.


No sé cuanto más tiempo estaré por aquí, ya se sabe, cuando menos te lo esperas se abren dos vías y tienes que elegir o incluso crear tú un nuevo camino y a ver qué pasa. De una cosa estoy seguro, por el momento me tocó la China y joder menuda china.

martes, 13 de julio de 2010

EL MUNDIAL EN CHINA


La forma en que se ha vivido el mundial de Sudáfrica en China no deja de sorprenderme. Pese a no tener a su equipo en esta competición han demostrado un amor a este deporte inmenso. Cada día durante este último mes se palpaba el ambiente de un país totalmente involucrado en el torneo mundial. La televisión retransmitió en abierto cada partido, los periódicos siempre encabezaban sus páginas con las imágenes más destacadas de los encuentros, todos los bares aprovecharon la ocasión a la perfección con televisores y pantallas gigantes para goce y disfrute de todos aquellos que se animaban a verlo fuera de casa, y sobre todo la gente vivió con absoluta emoción cada jornada.


En un principio los horarios no nos venían del todo mal para seguir la competición, pero el último encuentro que era a las 02:30 de la madrugada complicaba un poco el tema, no obstante cuando tuve que estar al pie del cañón no fallé. Los primeros partidos los vi en casa, con un comienzo un tanto inesperado nunca dejé de creer y eso trajo que después del partido contra Suiza algunos oportunistas de otros países me intentaran provocar con sus cometarios.


Desde los octavos de final mi manera de ver y sentir el mundial fue distinta. Para ver los partidos de la roja nos reuníamos una pequeña colonia de españoles, unas 20 personas. Todos ellos colegas de trabajo y amigos de mi compañera de piso., una fiel seguidora y con la que he tenido innumerables tertulias futbolísticas y compartido los nervios previos a cada encuentro. El torneo me ayudó a conocerlos más y el hecho de que fueran tan agradables conmigo me permitió soltarme y ser más yo.


Mención aparte merece el capítulo de la final, volvimos al bar en el que habíamos contado por victorias cada duelo de nuestro equipo. Otra vez más se jugaba a las 02:30 (hora china) y claro eso conlleva ciertas consecuencias que no detallaré. El momento del gol fue espectacular, todos soltamos toda la adrenalina contenida y el griterío fue inconmensurable. Cuando terminó el partido, el dueño del bar apagó los televisores rápidamente con el deseo de que esa panda de ultras alocados abandonáramos su local. Para muestra un botón.


http://espanol.cntv.cn/20100712/101086.shtml


El centro neurálgico de la celebración estaba en la zona de Sanlitún, área de fiesta donde se reúnen sobre todo los extranjeros, y en la que la mayoría de aficionados había visto el partido. Las calles se tintaron de color rojo y armados con camisetas, banderas, vuvuzelas, los cánticos se convirtieron en un fiel aliado, canciones como “yo soy español” o “que viva España” no dejaban de sonar, y en un brote de originalidad toda la muchedumbre decidimos trasladarnos a la embajada española. Allí ya se encontraba más gente que acudió inmediatamente terminado el encuentro, la alegría rebosaba entre las personas, las felicitaciones no cesaban y el ambiente era digno de una ciudad española. Se intentó que el Embajador saliera a saludar pero fue en balde. En un principio estábamos custodiados por dos policías pero rápidamente aparecieron una decena de ellos que nos miraban con cara de asombro. Esta vez cánticos como “¿dónde está el embajador?” o “queremos jamón del embajador” salían de unas gargantas ya castigadas por el esfuerzo y las horas.



Un día pare recordar y que seguro quedará grabado en la retina de los que vivimos como nuestro país se coronó como campeona del mundo, en la capital del gigante asiático. La fiesta se demoró unas cuantas horas más y cuando las fuerzas comenzaron a fallar y ya con el sol abriendo camino en el cielo, empezó la retirada de los allí presentes. Era hora de volver, descansar y asimilar lo conseguido. Durante ese tiempo de reflexión no pude evitar pensar cómo lo estaríais festejando vosotros.


Fue muy bonito ver como un gran número de españoles que residimos en Beijing decidimos no hacer caso a nuestros relojes y marchamos a disfrutar de un momento que puede que nunca se vuelva a repetir. Todo un placer vivirlo con esa gente, compartiendo además, un sueño ya hecho realidad.

miércoles, 23 de junio de 2010

EL METRO

Como ya os conté hace poco, me he mudado a vivir al centro de Pekín. Estoy muy contento con mi nuevo apartamento y la zona en que resido, no obstante, todo no podía ser de color de rosa. Ahora vivo bastante alejado de mi lugar de trabajo por lo que tengo que coger el metro todos los días. Los juegos olímpicos trajeron consigo, una remodelación y ampliación del servicio de transporte público asombrosa.


El metro de Pekín, con una historia de 40 años, tiene una longitud de más de 200 kilómetros divididos en 8 líneas, pero ellos como en todo siguen creciendo, en el 2015 tendrán 560 kilómetros. Al principio era un infierno para mí, muchos me conocéis y sabéis que el sentido de la orientación no lo tengo muy desarrollado, a veces me pierdo por Valencia… Imaginaros mis inicios, línea roja por aquí, línea azul allá ¿y la verde? Ah vale, bajo un poco más y ahora ¿en qué sentido? Yo pensaba ¨ Vicente esto es un laberinto, busca el nombre de la parada, tira de casta, en caso de duda coge el de la izquierda, siempre el de la izquierda ¨ Se complica un poco cuando los nombres están en chino, pero todas las estaciones tienen la misma información en inglés, así que es difícil perderse.


No os podéis imaginar la gente que coge el metro cada día, así que yo os lo diré, la pequeña cifra de más de cinco millones. Por las mañanas los pasillos son torrentes de chinos que abarcan cada espacio libre. En el camino hacia tu parada por el entresuelo vas esquivando a toda la gente que te viene de cara, curiosamente toda con un paso bastante acelerado. Hay personas que se dedican a dirigir el tráfico de los peatones, o al menos intentarlo, como ya os dije en China hay trabajos para casi todo. Una vez llegas a las vías, están marcados los lugares de espera, una pequeña cola y cuando llega el metro para dentro. Dependiendo la hora que sea, puedes desde sentarte, hasta estar casi empotrado contra la puerta de salida y entrada. Pese a lo que pueda parecer, es muy seguro, no conozco casos de robos. Por otro lado, y debido a la cantidad de gente que usa este medio de transporte, el tiempo de espera es muy reducido, los metros llegan de manera continua y con un intervalo muy breve.



Si no tengo el horario de tardes, cojo el metro por las mañanas en hora punta. Ya estoy más que acostumbrado, tardo casi 50 minutos haciendo además trasbordo, hasta llegar a mi trabajo. En el viaje de ida es complicado que me siente después de hacer el cambio de línea, pero a la vuelta voy siempre sentado. Todo ese tiempo, más de hora y media al día, lo gasto leyendo. Es sorprendente, he desarrollado una técnica que me permite leer de pie manteniendo el equilibrio, evadiendo, por si esto era poco, el perfume ¨ sudor ¨ que desgraciadamente, en algunas ocasiones impregna los vagones.


Tan sólo hay ciertos momentos en los que no me siento muy cómodo. A veces, y sobre todo a última hora de la tarde, algunas personas piden limosna por dentro de los vagones. Desde un hombre ciego cantando con su madre, o eso imagino yo que es, haciéndole de guía, pasando por dos personas con graves minusvalías, uno sin piernas y caminando con las manos y el otro con la cara toda quemada, hasta una niña de no más de 4 años, que cuando me ve se pone entre mis piernas mirándome con carita de pena. ¿Qué hacer? Muy complicado, aprendes a verlo casi cada día, pero da mucha lástima.


Bueno compañeros, os he hecho un pequeño recorrido por el metro de Pekín, siempre desde mi perspectiva y modo de verlo. Espero que os ayude a haceros una pequeña idea de lo que vivo y veo cada día. Saludos cordiales camaradas.

jueves, 3 de junio de 2010

XI´AN

Hace unos días llegué de mi primer viaje de trabajo. Mi destino fue Xi´an, fuimos enviados unos cuantos periodistas de CRI y de otros medios, invitados por el gobierno de la ciudad. En el 2011 Xi´an será sede de la Expo Internacional de Horticultura y querían nuestra presencia para explicarnos todos los detalles acerca del evento y enseñarnos la ciudad, para así contar en primera persona cómo será el acontecimiento y las características de la ciudad.

Recibimos una atención y unas comodidades dignas de explicaros. Una vez que nos recibieron en el aeropuerto nos llevaron al hotel. Tenía una habitación gigante con todas las prestaciones y lujos. Sin duda alguna de lo que más gocé fue de la comida. En uno de los restaurantes de allí disfrutamos, el primer día, de un buffet increíble con todo tipo de comida occidental que tanto echaba de menos. Yo sólo pensaba ¨ Vicente aprovecha que no sabes cuando volverás a tener la oportunidad de dar con este tipo comida ¨ Los desayunos siempre los hacíamos en el hotel pero las demás comidas nos llevaban a restaurantes.

Bien temprano y con el estomago lleno, empezábamos nuestros días en Xi´an. En la puerta del hotel nos esperaba un autobús, dos guías chinas que hablaban un perfecto inglés y que por cierto eran muy guapas, y un miembro del gobierno. Un coche de policía nos escoltaba abriéndonos paso, evitando así tener que pararnos en los semáforos o por el tráfico acumulado. Desde las 8 y hasta bien entrada la noche nos dedicábamos a ir de una conferencia a otra de políticos, a veces con traductores que no sabias si hablaban en inglés o también en mandarín, y visitando lugares turísticos. Dos veces al día nos llevaban a probar comidas típicas. Los dumplings es su plato representativo, se trata de un trozo de masa cocinada con carne o vegetales dentro, está bueno, pero yo prefiero las croquetas de pollo de mi madre. Cuando llegábamos muertos al hotel, a mí me tocaba recopilar todas las notas que había escrito y escribir artículos para la radio, cuando los enviaba, caía rendido en la cama.

Xi´an es una ciudad con mucha historia, una de las más importantes de la humanidad, fue capital del país durante doce dinastías y centro político de China durante los siglos de su máximo esplendor. A diferencia de otras ciudades del gigante asiático, ha conseguido conservar un aire dinámico y cosmopolita, sin alejarse de la vida cotidiana de la China campesina y comerciante. Si tengo que resaltar alguno de los lugares a los que fuimos, sin duda alguna es el museo de los Guerreros de Terracota. Allí se exponen más de seis mil guerreros y caballos de tamaño natural y en formación de batalla. Lo más sorprendente es que además de la maestría con que están hechos, cada soldado tiene características diferentes y distinta expresión, impresionante.


Uno de los momentos más divertidos fue la última cena que tuvimos en un palacio con el segundo alcalde de la ciudad. La parafernalia que montan para este tipo de acontecimientos es grandiosa. En China es tradición brindar con alcohol, como se debe, pero no una vez o dos como en España, aquí durante toda la velada no se para y especialmente si se te acercan a la mesa las autoridades con las que habíamos compartido algo de tiempo. Uno a uno venían a nuestra mesa con un vaso de chupito en la mano, de un licor parecido al anís, nosotros nos teníamos que poner de pie, coger nuestro vaso, escuchar lo que nos decían en chino e inmediatamente después que exclamaban ¨campei¨ todos a beber. Yo no me quise exceder, pero hubo gente que terminó en un estado más bien lamentable.

Ha sido una experiencia realmente interesante, y aunque me ha tocado currar bastante y dormir más bien poco, me ha ayudado a conocer mejor como funciona el mundo de los medios de comunicación aquí y el tratamiento con los políticos, además de conocer a más periodistas de distintos medios y países. Cuídense y sed buenos.