miércoles, 21 de abril de 2010

SIN MIEDO AL GUSTO

Desde mi llegada a China, y pese a ser muy poco receptivo a probar comidas extrañas, he de decir que he sobrepasado con creces mis expectativas en cuanto a degustar nuevas recetas culinarias. Lo de comer con palillos ya está más que dominado, pero como muchos ya sabéis, no soy un gran amante de la cocina China, me adapto como puedo, y el día que no tengo el estomago para sorpresas, amarro con un arroz que siempre cumple. No obstante, aquí decidí sumergirme por completo en la cultura de mi nuevo país y por tanto no hacer ascos a experimentar, aunque sea tan sólo una pequeña cata en un momento determinado, a sensaciones distintas en mi paladar. Algunos de vosotros no comprenderéis lo que he hecho, “yo no lo haría nunca” pensaréis, no espero vuestra aprobación, tan sólo, daros a conocer otra forma de utilizar los recursos animales de los que disponemos.



En primer lugar he de desmentir un rumor muy presente fuera de Asía, no es verdad que en todos los restaurantes de aquí te sirven perro, ratón o gato, ni mucho menos que los tienen enjaulados para que tú elijas el que más te apetece. Ni siquiera en el sur de China, donde las prácticas alimentarías son más extremas es posible ver esto. Sí es verdad que hay ciertos restaurantes especializados en extravagancias en los que a muchos de nosotros se nos retorcerían las tripas si nos dicen de que consta su carta.


Bien, después de las aclaraciones pertinentes es mi turno. Con el ánimo de involucrarme más y ser más participativo en el hábito nutricional del país, me lancé a probar junto a unos amigos, el animal al que se le conoce como el mejor amigo del hombre, el perro. Su sabor me sorprendió, si no sabes lo que estás comiendo y te dicen que es ternera ni te planteas dudarlo. Nos lo sirvieron en una olla con salsa un tanto picante, y sí, me gustó. Aunque desde aquella vez no lo he vuelto a probar, tampoco descarto volverlo a hacer. Imagino que muchos de vosotros estaréis imaginándome comiendo al perrito que vive con vosotros o a la misma Lasi… Tener en cuenta que tanto ese can como los que se degustan a diario, nos son las mascotas del vecino, son animales que se traen de corrales y son alimentados y criados para éste propósito. No podemos ser muy extremistas en este sentido: ¿qué pensarán de nosotros en India cuando comemos vaca? O por poner otro ejemplo, muchos amigos estadounidenses me siguen poniendo mala cara cuando les explico que la paella lleva conejo y que se trata de un animal muy recurrido en la cocina española.


Otro de los vertebrados que he saboreado aquí, ha sido la rana, en este caso fui engañado, no me gustó mucho, el plato nos lo sirvieron en trocitos pequeños y presentaba un aspecto muy similar al pollo frito. El único y gran inconveniente para mí, es que tiene pequeños huesos y eso de ir sacándotelos de la boca como si nada y seguir comiendo, lo dejo para los chinos, ¿el sabor? Aceptable. Cuando estuve en Pekín y visité un mercado donde se cocinan todo tipo de animales, probé el escorpión, un tacto crujiente y de gusto mejor que de apariencia, pero nada especial que no puedas perderte. Allí puedes encontrar desde órganos reproductores de animales hasta serpientes o cualquier tipo de insecto. En otros restaurantes, amigos míos más valientes que yo, han llegado a comer sopa de tortuga con cáscara incluida, cabezas de pato o lo último que ha llegado a mis oídos, saliva de pájaro, al parecer muy afrodisíaco, ya os contaré.


Camaradas, por fin voy a dar el salto a la capital, hace unos días recibí la llamada del trabajo, en un par de semanas mi vida cambiará un poco más. Con muchas ganas de afrontar lo que viene y sin sentir miedo a lo desconocido seguiré adelante. Vosotros estaréis al tanto de todo. Prometo seguir informándoos. Besos y flores.