miércoles, 23 de diciembre de 2009

DICEN POR AHÍ

Dicen que para una mentira se convierta en verdad sólo hace falta repetirla muchas veces. Fuera de China las personas tienen una percepción en muchos casos errónea del país. Innumerables son los bulos que circulan de boca a boca sin saber la fuente de la información, pero dando por cierto cada una de las palabras que escuchan. No me excluyo, yo era así también, por eso cada día este país y sus gentes me enseñan como son realmente, sin ser influenciado por los estereotipos con los que llegué.

No son muy ordenados tampoco demasiado limpios, pero eso de que están oprimidos bajo un régimen que les tiene sometidos a la más absoluta angustia y pobreza no es cierto. Salen adelante con lo que tienen, y eso hace que nuestras mentalidades sean completamente diferentes, tenemos problemas incomparables y esto provoca que el método de resolver cualquier imprevisto también sea distinto. En muchas ocasiones ellos no pueden entender nuestra forma de ver la vida. Un ejemplo, mi hermana tuvo que cambiar los azulejos del cuarto de baño, les dijo a los obreros que los quería todos blancos, ¿qué hicieron? Los pusieron todos blancos, sí, pero con diferentes formas tamaños y tonalidades. Ellos no entendían el enfado, donde nosotros vemos un desastre ellos ven un apaño. ¿Una gotera en el salón? Se sube al tejado y se arregla con los materiales y coste que haga falta ¿verdad? O se pone un cubo, se cambian los muebles de posición y sitio para que este no se vea. Tan sólo son anécdotas verídicas que no hacen más que reflejar como las personas desarrollamos nuestra capacidad resolutiva según los medios que disponemos o estamos dispuestos a gastar.

Creen en la suerte y por ello son supersticiosos, muy supersticiosos. Los números son de gran importancia para ellos, hasta el punto que se subastan números de teléfono o placas de matrícula, por sumas millonarias, con el fin de conseguir el número 8 por doquier. Las grandes empresas preparan sus aperturas para una fecha que contenga dicho número, y tampoco es casualidad que la olimpiada de Pekín fuera inaugurada el 8 del 8 del 2008, sorprendente pero cierto. Por otro lado el 4 es asociado con la muerte, así que intentan evitarlo en la medida de lo posible. Llegan a quitarlo hasta de los edificios, en los ascensores no encuentras la planta cuarta, saltan de la tercera a la quinta. En cuanto a sus creencias espirituales, es necesario decir que China no tiene ninguna religión establecida, aunque rezan mucho en los templos, sobre todo budistas y taoístas.

Muchas me han preguntado “¿cómo es su carácter? Son algo reservados sobre todo en mostrar sus sentimientos en público, pero no por ello tristes. Llegan a ser igual de divertidos que cualquiera de nosotros y por supuesto saben pasárselo bien. No preguntan mucho, pero eso tiene una explicación que viene del pasado. No hace muchos años, ellos pensaban que hacer una pregunta era una falta de respeto, creían que era una forma de cuestionar a la persona a la que se le hacía, haciéndole entender que no se expresaba bien. Hasta hace poco tiempo era impensable hacer preguntas en el colegio, universidad, trabajo… Esta antigua creencia no está del todo eliminada en su mentalidad, por ello nunca sabes a ciencia cierta si un chino ha entendido lo que quieres decir. A tu pregunta “¿lo has entendido?” Muchos de ellos siguen siempre afirmando y esto genera algunas veces, como es obvio, situaciones un tanto extrañas.

Con sus virtudes y rarezas China me está haciendo crecer como persona, es algo que siempre tendré en deuda con este país. Si no fuera por ella, tampoco sabría lo mucho que QUIERO a mi familia y amigos, una lección muy importante que nunca olvidaré. Feliz Navidad a todos.

martes, 1 de diciembre de 2009

VIDAS CRUZADAS

La tasa de desempleo en China ha sido siempre un enigma, el partido comunista lo representa con un número que excluye a los trabajadores emigrantes y la población rural. Las estadísticas de desempleo oficiales en marzo del 2009 fueron del 4,2% dato que según expertos no corresponde a la realidad del país, sería mayor. Yo no estoy en disposición de afirmar o desmentir esto, lo que sí puedo decir, es que aquí se realizan trabajos, difíciles de entender en una sociedad capitalista, con el fin de bajar la tasa de paro y mantener ocupado a un porcentaje considerable de la población. De esta forma evitan que estén en la calle mendigando, les dan un oficio para que puedan seguir adelante.

A pocas personas conozco que no se hayan quejado nunca de su trabajo, pero creedme aquí existen algunos que podrían volver majareta a cualquiera de nosotros en menos que canta un gallo. China tiene un número elevadísimo de jardines y su gran mayoría cuidados al milímetro, pero ¿cómo los conservan en esas condiciones? Lo que en países occidentales lo realizarían unas pocas personas y unas cuantas máquinas, aquí se hace de forma diferente. A menudo se puede ver a grupos de mujeres de avanzada edad sentadas en taburetes muy bajitos quitando las malas yerbas con la mano, los jardines son inmensos en muchos casos, así que cada día van cambiando las zonas de trabajo ¡menuda locura! Es sorprendente ver allí mismo a alguien cortando el césped con unas tijeras, sí sí habéis leído bien, uno se pregunta ¿cuál será su motivación? Imagino que la más importante de todas, ganar algo de dinero para sobrevivir.

En algunas zonas de las grandes ciudades es común ver a una persona de bajo de una sombrilla de pie y tiesa como un soldado ¿cuál es función? Aún no lo sé, llevan uniforme y pasan unas cuantas horas allí sin objetivo aparente a realizar. Por otro lado algo a lo que uno nunca se acaba acostumbrar es a ver a gente barriendo las carreteras y autopistas, como ya os conté la gente ha adaptado su forma de conducir a todos estos imprevistos, así que ir conduciendo y ver a alguien en tu carril con una escoba tan sólo provoca un volantazo más en el trayecto.

Si tengo que resaltar un trabajo por su dureza, no hay ninguna duda, os explico, en mi último viaje fui a Huang Shan a ver la famosa yellow mountain, un lugar único en el que tus ojos gozan de infinitos orgasmos visuales. El punto más alto de sus picos está a 2000 metros y allí se pueden encontrar algunos “restaurantes” y un hotel, pero ¿cómo llega hasta allí todo lo que necesitan para servir al público? Cientos de personas suben por las escaleras pegadas a la montaña todo lo que les piden, con tan sólo la ayuda de un tronco de bambú para equilibrar el peso en sus hombros. Cargan con más de 50 kilos a las espaldas y tardan alrededor de unas 6 horas. Se requiere gran fortaleza mental y física, no suelen perder el ritmo, y su cara refleja el esfuerzo que hacen para conseguir llegar a la cumbre y cobrar los 5 euros por su servicio.

Karl Marx dijo una vez “el obrero tiene más necesidad de respeto que de pan” y así es, en la mayoría de los países ricos nos avergonzaríamos si desempeñáramos estas tareas, “no son propias de gente de bien” pensamos. En China no necesitan inmigrantes dispuestos a ocuparse de los trabajos que otros no quieren hacer por considerarlos indignos, aquí se juzga a las personas por como son, el respeto entre ellas es envidiable, aprendamos la lección.