miércoles, 26 de mayo de 2010

EL TRABAJO

Ya son más de dos semanas las que llevo trabajando en Beijing y ya me encuentro un poco más cómodo y centrado en mi trabajo. La redacción la formamos unas 25 personas. Extranjeros somos: dos mexicanos, dos cubanos, un español, en breve llegará un argentino y yo. Los demás son chinos pero todos ellos hablan castellano así que no hay ningún problema de comunicación. Los chinos no son periodistas, han estudiado traducción, por eso una de las labores que tenemos los extranjeros es corregir las noticias que ellos traducen del chino y las transformamos en textos periodísticos. La radio no es en directo pero emite todos los días boletines de noticias y algunos programas especializados. Escribimos para la web, algunos de nosotros locutamos y nos mandan también a cubrir eventos. El otro día, por ejemplo, fui a la muralla china porque una banda de gaitas de Galicia daba un concierto y estaban importantes autoridades españolas. En breve me envían a Xian, la ciudad de los guerreros, a cubrir una especie de congreso. Ya os contaré cómo fue; estaré 5 días.


Trabajamos en un edificio muy grande situado a las afueras de Beijing. China Radio Internacional, CRI, emite en más de 60 lenguas, así que ya podéis imaginaros la cantidad de extranjeros, de todo el mundo, que trabajamos allí.



CRI tiene un hotel para los trabajadores. No es gratis pero bastante barato. Yo de momento vivo allí con mis dos colegas y amigos cubanos. No obstante a principios de junio me traslado al centro de la ciudad. Está a unos 50 minutos en metro, pero lo prefiero. Allí puedes encontrar más tiendas, restaurantes, bares de copas y por tanto más ambiente. De momento sólo me acerqué a la zona de fiesta un día y la verdad es que está genial, lleno de extranjeros y lugares más parecidos a lo que estaba acostumbrado en España. Esta ciudad te atrapa por la diversidad cultural que tiene. De momento estoy encantado y creo que día a día me iré habituando más e iré encontrando mi sitio.


Realmente no tengo mucho gasto, en el complejo de la radio hay un comedor y casi todos los días como o ceno allí, dependiendo del horario que tenga. El precio es un regalo, 20 céntimos, pero claro la comida es china. En realidad, para lo que vale, la calidad es más que aceptable. Yo no soy un gran amante de la cocina china pero me estoy habituando y cada vez pruebo nuevos platos. Cada día hay 9 menús distintos, si no me convence nada, amarro con un poco de arroz, ensalada y una carne de pollo con salsa y así salgo del paso.

He firmado mi contrato por un año, así que si no pasa nada raro aun me quedan, como mínimo, 11 meses por delante. Os animo, si os apetece, a visitar la web donde publicamos muchos de los textos, videos y audios que hacemos http://espanol.cri.cn/ También se puede escuchar desde AM en España, ya os diré exactamente la frecuencia.


Por el momento esto es lo que os puedo contar del poco tiempo que llevo aquí. Intentaré seguir informándoos con asiduidad. Lo de siempre gente, que me sigo acordando mucho de vosotros. Cuídense.


viernes, 14 de mayo de 2010

UN PASO MÁS

Suzhou ya ha quedado atrás, pero no pienso olvidar nunca los recuerdos y las gentes que formaban parte de mi vida allí. Llegué con mucho miedo, sin saber que me iba a encontrar y que me aportaría un país tan diferente, pero también con la tranquilidad de saber que estaría con mi hermana mayor. Allí pasé momentos imborrables, aprendí mucho acerca de la cultura y forma de ser de los nativos y conocí a gente de todas partes del mundo. Amigo, es una palabra que utilizamos con demasiada ligereza. Yo no considero amigo a cualquiera, mi listón está muy alto por culpa de esa gente, sobre todo de Valencia, que me hace sentir único y con las que sé, que ni el tiempo ni la distancia, romperá nuestra relación y confianza. No obstante esta vez la empleo con la certeza de saber que en Suzhou conocí unos pocos, y eso como ya sabéis, no es fácil.


Pero no sólo a ellos pierdo en el camino, también a una familia. Mi hermana, su marido y mis dos sobrinitos con los que he vivido unos meses, me han hecho sentir una parte importante de ellos. Desde que me fui, me resulta extraño no ver a los renacuajos jugando, o levantados a las 7 de la mañana preparados y dispuestos a dar guerra, me acostumbré a estar allí. Las facilidades y comodidades que me proporcionaba vivir con todos ellos se han terminado, y debe de ser así, pero ha sido un tiempo increíble del que he disfrutado de todo ello, pero sobre todo, de ELLOS.


He llegado a otra ciudad, dando un nuevo paso en mi vida personal y profesional que aún no sé muy bien lo que me reportará. Estoy en Beijing, capital del gigante asiático, empezando espero, una enriquecedora experiencia. Para llegar hasta aquí muchos han sido los esfuerzos, tanto mío propio como el que realmente me gustaría resaltar, el de mi familia. Siempre he recibido de ellos un apoyo que no sé si realmente merezco, pero del que estaré eternamente agradecido.


Me siento muy orgulloso de las personas que me han hecho ser Vicente. Soy el pequeño de cuatro hermanos y aunque ya tengo casi 26 años, para ellos aun sigo siendo ¨el chiquito¨ . Su apoyo, tanto de mis hermanos, padres, como del resto de la familia, siempre ha sido incondicional: sus consejos, advertencias, riñas, ayudas, son algo por lo que siempre estaré en deuda. Les admiro a todos ellos, tanto por lo que dicen y hacen como por lo que son. Soy un privilegiado, de eso no hay duda, no todos tienen la fortuna de estar rodeado, aunque en este momento no sea físicamente, de personas tan buenas, generosas y con ese grado de empatía.


Como dice Machado ¨caminante, no hay camino, se hace camino al andar¨ así que yo ahí sigo creando la senda, con la fuerza que me dieron y me siguen dando, día a día, las personas que más quiero, mi FAMILIA.