sábado, 27 de noviembre de 2010

SE FUMAN EL NOBEL


Ya ha pasado el suficiente tiempo para que digieran las altas esferas de este país el nombramiento del nuevo Nobel de la paz a Liu Xiaobo. Recientemente vuelve a ser noticia por la posible entrega de dicho reconocimiento a algunos familiares del disidente, si les dejan salir del país. China continúa realmente ofendida achacando el ataque, desde comentarios oficiales, a la emergencia de su economía ante la débil situación financiera del mundo, a que occidente le gustaría ver a China ideológicamente desplazada o colapsada como la unión soviética queriendo obligarla a un proceso de occidentalización.


Es indiscutible que Liu Xiaobo, condenado a 11 años de prisión por ejercer su libertad de expresión, es una víctima del Gobierno de China. ¿Qué motivo tienen Hu Jintao y su séquito para esto? silenciar y apartar una voz que ofendía al sistema. Nunca voy a defender a un gobierno que no respeta uno de los derechos fundamentales más importantes y necesarios en cualquier estado. No obstante creo que este galardón no sólo buscaba premiar la labor de Liu Xiaobo sino también intentar frenar a China cuyo poder internacional sigue aumentando frente a los países occidentales gravemente dañados por la crisis financiera que azota a buena parte del mundo.


El XVII congreso del PPCh en el 2007 marcó la primera discusión en el seno del gobierno del camino hacia una democratización del sistema. Es evidente que sus avances están siendo pocos y lentos y claro este premio ha venido a cuestionar los esfuerzos realizados por China en dicha materia. El gobierno alega que el país es demasiado grande y en un momento de desarrollo no idóneo para hacer cambios demasiado rápidos (poco probable). De todas formas este galardón, bajo mi punto de vista, ha perdido mucha credibilidad hasta el punto que personalidades como Gorbachov o el mismo Obama lo recibieron sin mérito alguno.


Siendo realista la sociedad china sabe poco o más bien nada acerca del tema, los medios de comunicación del país se dedicaron a tratar el asunto del premio de una manera discreta, no obstante se contraatacó con duras críticas a la institución de los Nobel y a los países que la apoyan. De ahí que China haya “invitado” a otros estados como Rusia, Cuba, Marruecos o Irak a desvincularse y declinar la invitación a la ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz.


No le quiero quitar valor al coraje de Liu Xiaobo por escribir lo que él cree que sería una China mejor en un país en el haciéndolo te juegas mucho más que tu credibilidad. Por el contrario, es una paradoja observar como los mandatarios de los países de occidente que “sugirieron” quién debía recibir este galardón, siguen necesitando la ayuda de china como banco prestamista y como pieza clave mediadora, en la actualidad, en uno de los conflictos más largos y peligrosos de la historia del mundo, Corea.