sábado, 11 de septiembre de 2010

BALANCE Y OTRAS HISTORIAS COTIDIANAS


Hace ya más de un año que me lancé a la aventura asiática, y es inevitable poner la vista atrás, ver el camino que he recorrido y todo lo que por el tiempo y la distancia he ido dejando o desprendiéndome. Aprender chino fue uno de los motivos principales por los que empecé este viaje, ahora eso ha quedado en un segundo plano, embarcado actualmente en la etapa laboral, que no ha hecho más que empezar, sigo formándome y absorbiendo lo que puedo y me dejan.


Ya me estoy acostumbrando a este país, y esto está provocando que no me sorprenda tanto de todo lo que observo, motivo por el cual no escribo todo lo que quisiera. Antes cualquier cosa me llamaba la atención, ahora me he habituado con todo lo que ello conlleva. De todas formas hay muchas actitudes que no os he contado, que yo ya ni miro de reojo, pero imagino que os reportarán al menos sorpresa.


Un ejemplo, es muy habitual ver a parejas de novios que llevan la misma camiseta, según me han contado lo hacen cuando llevan poco tiempo saliendo juntos, como una manera de marcar el territorio creo yo. Hay que destacar que son poco cariñosos, al menos en público, pocas veces se les ve dándose un beso o una caricia cómplice. En realidad no saben lo que se pierden, pero es su cultura y poco se puede hacer.


Otra actitud que llama mucho la atención sobre todo cuando uno acaba de llegar, es su odio y repulsión al sol. Por cultura ellos prefieren tener la piel blanca, cuanto más mejor. Debido a esto evitan su contacto, estos últimos meses la gente, sobre todo mujeres, se protegen con paraguas, o llevan ropa que les tapa cualquier zona que pueda recibir contacto, incluyendo prendas como guantes o mangas largas, estando a 35 grados. Nunca lo llegaré a comprender, aunque la gente joven, como siempre, está rompiendo con estas tradiciones, el blanco deslumbrante sigue siendo muy valorado en ambos sexos.


En las nuevas generaciones de chinos te das cuenta que, aunque les cuesta y no es demasiado palpable, ya no son como sus antecesores tan aferrados a su cultura y costumbres. Yo como ellos sigo encauzando los cambios porque todo cambia: las tradiciones, la cultura, nuestra visión del mundo, los objetivos, las ambiciones, nuestras metas. Como dijo una vez mi hermana Mónica, “al final, en la vida, lo que importa es poder disfrutar de pequeños momentos de alegría, no hace falta tener un objetivo al que llegar y sentirse realizado, se trata de disfrutar del camino que vas haciendo...”


No tengo ninguna duda de que así está siendo, y estoy orgulloso por eso, pero en ocasiones esa senda está mucho más cuesta arriba y cuando no estás cerca de los tuyos hay que pisar más fuerte y seguir intentando no perder el rumbo. Es difícil hacer balance de todo un año, pero creo que en este tiempo he madurado, he vivido experiencias inolvidables de todo tipo, me ha ayudado a abrir más los ojos y a valorar sobre todo eso a valorar.


No sé cuanto más tiempo estaré por aquí, ya se sabe, cuando menos te lo esperas se abren dos vías y tienes que elegir o incluso crear tú un nuevo camino y a ver qué pasa. De una cosa estoy seguro, por el momento me tocó la China y joder menuda china.

7 comentarios:

  1. En realidad no saben lo que se pierden, pero es su cultura y poco se puede hacer¿?¿?¿?¿?

    100% Calent

    Un abraç molt gran amic.

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  2. Ya lo decía yo ... Un abrazo. Ever

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  3. Tranquilo Tron, cuando vuelvas quemaremos Valencia y Madrid...
    Al tiempo...

    1 abrazo!!

    Pablyt

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  4. Disfruta y se feliz!!

    Sam

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  5. Pues sí, disfruta, sé feliz y continúa pisando fuerte... Llegará un día, sin darte cuenta, en el que te encontrarás cuesta abajo y con rumbo fijo, seguro!

    Un abrazo

    Moni

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  6. Un abraç molt fort vicent! i molt d'ànim!

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